LA COLA DE LA LAGARTIJA
HAY RECUERDOS QUE NO VOY A BORRAR, PERSONAS QUE NO VOY A OLVIDAR (Fito Paez)
Me contuve el insulto.
Por pequeña presunción de género. Cuando me di cuenta de las cosas que tenía por decir. Busqué las palabras necesarias. Aquellas que tan solo diciendo lo que querían decir fueran las encargadas de contradecir el olvido. Entonces busqué un principio, unas palabras para iniciar y encontré estas como a veces encuentro a mis amigos, por casualidad.
Fernando dijo que debía llamarse "La Cola de la Lagartija". Pequeña piedra caída al estanque. Quién no conoce la cola de lagartija. Quién no conoce una lagartija y sabe que si le cortan la cola le renace. Es decir persistencia, necedad, rebeldía. Todos asentimos porque consideramos un bonito nombre para un grupo de personas unidas por el afán de salir de la ciudad y reunidos en el nombre de Dios.
Confiamos en Dios nosotros "ateos consumados". Éramos nada más que un conjunto de locos, que pretendían hacer alarde de sus capacidades escénicas. Una pardada de inútiles, porque así se les llama a los que sueñan y se llenan de nostalgia cuando dicen
"esta patria mía". Me quedo con la definición de locos. Con la nostalgia me quedo algunos días y otras con la rabia y muchos otros con la incapacidad de comprender.
Nos reunimos al llamado de Dios para conocer qué es lo que hace en sus días de ocio.
Sabíamos que no bastaban siete días para la creación de todo el mundo, por eso la historia aquella, la venidera, la que se anuncia fuera de los mandatos de la ONU y la FAO del FMI del BID de la AID, nos enamoró. "Aquí ya no hay clarineros" (algún día
escribiremos "Aquí ya no hay carabineros")
(NOTA: Llegarán puntuales las señoras que caminan hacia el sur, nunca vi tanto retroceso en la demanda del sueño americano. Irán despacio o con la mansedumbre de los vastos ríos, pero llegarán puntuarles, porque la vida en si no tiene tiempo medible.)
Tomo notas para futuros relatos, porque con esto de que hay que aprovechar el papel, y porque además nosotros el grupo de teatro "COLA DE LAGARTIJA". Aclaro, el renombrado, el internacional, y el nunca bien ponderado grupo de teatro COLA DE LAGARTIJA permítaseme lo ridículo, montábamos una obra relacionada con el medio ambiente, ahora denme el derecho de queja, si hubiéramos seguido el tema con la
calidad que lo tocamos bien hubiéramos podido fundar una ONg porque reuníamos las siguientes características -Desocupados, universitarios (no todos) pobres, preocupados por nuestro país, preocupados por la vegetación y buenos en los discursos y con la labia
necesaria sobre la urgencia de transformación social guatemaltecas. Teníamos las condiciones pero ni modo se nos escapó, pecamos aún de honestos y sinceros.
Entonces la historia, pero antes de ella debo rendir homenaje al esfuerzo proletario de los compañeros y compañeras comprometidos en la hazaña, ellos son y suenen los claros clarines Edgar, alías el Chaparro, Edgar, alías Dios, Fernando, mejor conocido como el clarinero, Dulce nuestra niña, Heidi la madre con antecedentes de violencia intrafamiliar, Estuardo (sin apelativos por ser el autor de este texto) y nuestro bien
recordado y querido Ibai el niño que pide cervezas. Y como agregado a las características propicias para la ONg nuestro delegado internacional Germán la lagartija,
salú tío.
No pedimos permiso y tampoco nos lo dieron, la libertad es nuestra. Fuimos nosotros, niños otra vez. ¿Dónde estarán aquellas ropas de colores? ¿En dónde aquellas camisas de colores "chinga la vista" ¿en qué lugar de la ternura humana están nuestras risas y nuestros abrazos? ¿En dónde se quedaron las miradas cómplices? ¿Quién podía hablar de la lagartija, del clarinero, del niño, de la casita y sobre todo, quién podría olvidar a Dios convertido en una capitalista, acaparadora maceta egoísta? ¿"esto es propiedad
privada"? Quien de nosotros podría hablar de todo aquello sin sentir que por un momento fuimos tiernos y mejores. Que un día nos abrazamos y nos hundimos juntos en el mundo de la desvergüenza y la alegría. Quien podría entonces hablarnos del dolor vivido y de aquel que estaba por venir. De haberlo hecho, se hubiera quedado defraudado porque éramos niños y niñas de palo con orejas de pescado.
Fuimos de escuela en escuela en la región de Cantel, Quetzaltenango y perdimos la cola y la cabeza. La historia no la recuerdo del todo, pero hablaba de la falta de agua y de un niño que vagaba buscándola hasta que encontraba al clarinero.
¡¡Jacinto!!
Bendita memoria no me falles por los siglos de los siglos. Jacinto se llamaba el niño a quien su madre le mandaba por agua. Río, me estoy riendo, recuerdo y vivo.
Vivo para recordar.
Recuerdo para vivir.
Entonces la voz de la madre salía de la casa que hacíamos algunos de nosotros con los brazos, todos queríamos ser la casita, y muchas veces se nos olvidaba hacerla. Los niños y niñas de las escuelas le jalaban la cola a la lagartija que no era nada más que una tela anudada. Había muchos silencios porque se nos olvidaban los diálogos. Pero también dimos muestra suficiente de nuestra capacidad creativa cuando montamos la obra "Fotos y recuerdos". Aclaro, el título es nuestro y no respondemos por el plagio que hiciera Selena, juramos que nada tenemos que ver con su muerte. Obra que trataba de casamientos sin amor, de hijos no deseados, de olvido y desamor.
¿Qué cosas dijimos en aquella obra? ¿Premoniciones que no escuchamos? ¿Cuánto sucedió en el drama que no entendimos? Porque como lo dijo ya don Chus "es más fácil juzgar la paja (aclaro, paja de trigo no de "gracias mano") en el ojo ajeno que la viga
en el propio).
Aún cuando se escribe y se llenan de lágrimas los ojos. Aún cuando se sabe que esos días no han de volver. Aún en ese tiempo que se ha ido con sus risas y sus llantos. Cuando ya "la cola de la lagartija" es una historia no contada, pero aun vive en nuestro
inventario personal. Aun cuando se me ha olvidado tanto y tanto más se me irá olvidando. Quiero recordar lo que hicimos, como tributo a la infancia arraigada en
nosotros y la alegría que provoca la colectividad humana. Tal vez un día en los anaqueles de la historia se cuente de mejor manera la hazaña del grupo de teatro "La Cola de la Lagartija".
Por ahora, hoy en día, un gracias a mis amigos y amigas y un feliz recuerdo del reptil aquél, de quien nos quedamos la cola.
¡¡JACINTO VE POR EL AGUA!!
¡¡ESTO ES PROPIEDAD PRIVADA!!
¡¡HASTA LUEGO AMIGOS!!
Con cariño y respeto Estuardo.
México 23-02-05